sábado, 17 de octubre de 2009

Racing y el arco embrujado

La leyenda dice que, hace unos treinta años atras, un grupo de hinchas de Independiente realizó una incursión al estadio de su clásico rival, Racing Club, y enterraron siete gatos detras del arco que da a la tribuna general local. Se dice que, desde ese entonces, el arco quedo maldito. Y no sólo para Racing, sino para todos los equipos que disputen un partido en esa cancha.
Estos son algunos de los hechos insólitos que se dieron en ese arco:
En 1992, Racing eliminaría al propio Independiente con un gol del Claudio "El Turco" García. El tanto debió haber sido invalidado, dado a que fue empujada por la mano del delantero.
En 1996, el arquero Carlos Bossio le convirtió un gol de cabeza a Racing, para el empate 1 a 1 entre Estudiantes de la Plata y la Academia.
Martín Palermo le convirtió, en ese arco, un gol a Independiente desde mitad de cancha.
El arquero Pablo Migliore lo sufrió dos veces: La primera, jugando para Boca Juniors (de local en Racing) en la Copa Libertadores del 2008, contra el Fluminense de Brasil. Un remate muy sencillo se transformó en un gol de visitante, luego de que a Migliore se le escurriera la pelota de las manos. Boca quedó eliminado y el arquero quedó como principal responsable.
Nuevamente sería víctima de la supuesta maldición en el Torneo Apertura de ese mismo año, ya jugando en la Academia. Jugaban Racing y Colón de Santa fe. Migliore atrapó un remate sencillo y sacó con el pie... o eso intentó hacer. En la salida, resbaló en el pasto, y su remate fue directo a la nuca de un rival. Resultado, gol de Colón, y Racing perdió 2 a 0.
En el 2008, la academia jugó la promoción frente a Belgrano de Cordoba, para mantenerse en la máxima categoría. En el partido definitorio, el delantero de Belgrano Claudio Bustos, desperdició en ese arco, una jugada neta de gol. A los hinchas de Racing (y obviamente, a los de Belgrano también) les quedará grabada la imagen de Bustos tropezandose mientras intentaba llegar a una pelota que se perdía por el fondo, en cámara lenta y con el arquero a mitad de camino. El partido finalizó 1 a 0 en favor de los locales.
Alfio Basile, ex DT del club de Avellaneda, mandó a cavar en ese arco para desenterrar finalmente esa maldición, aunque no tuvo éxito en su búsqueda. Sin embargo, durante la presidencia de Hector Lalín (1998), se desenterraron huesos de un felino, y se cree que todavía queda el resto de los animales allí enterrados.