martes, 27 de marzo de 2012

El egoísmo de la naturaleza humana

Hipocresía. Egoísmo. Interesados... No hay nada que me de más bronca que las famosas frases hechas que promueven un positivismo absurdo, por no decir "falso". Aquel "si te pegan en una mejilla, poné la otra" que a su vez derivó en un sinfín de dichos que plantean un mundo ideal, está corrompido por nuestra propia naturaleza egoísta. ¿Existió realmente aquel famoso Jesus? ¿O es simplemente algo simbólico que pretende materializar la bondad pura del ser humano? Real o no, el mensaje se malinterpretó absolutamente. Fracasaste Cristo, generaste más violencia...
Me acordé de la película "La Pasión de Cristo", dirigida por Mel Gibson: Nada más claro para ejemplificar un nivel de malinterpretación extrema... ¿O será que genera mayor rédito económico filmar una película sangrienta que deje un sentimiento de odio e indignación?
Sí, de eso se trata... de vender el producto. De figurar. Me han dicho alguna vez que lo peor que puede pasarle a uno en la vida es ser tímido. Y eso es producto del egoísmo también. Que aquel que no se haga valer a si mismo no tenga forma de subsistir. Me cuesta creer que "el que no arriesga no gana", cuando todos los que han llegado al éxito tuvieron un acomodo previo y un respaldo seguro antes de mostrarse. Se que puedo contar a mis lectores con los dedos: simplemente porque no soy una celebridad ni tengo el respaldo necesario. ¿Por qué tiene que ser así? ¿Por que el ser humano no actúa si no es para su propio beneficio?... Se me ocurre que el famoso diluvio del "Arca de Noé" es otra metáfora que simboliza el punto exacto en el cual el egoísmo de la naturaleza humana va a llegar a un punto insostenible y va a derivar en una verdadera salvajada.

En fin... Have a nice day



lunes, 12 de marzo de 2012

La vida y la vida después de la vida.

A todos nos ha pasado alguna vez de reflexionar acerca de lo que puede llegar a pasar después de que morimos. Sí le vamos a ver la cara a un supuesto "Dios" (si el mismo se va a ver como Morgan Freeman), si vamos a ver a nuestros seres queridos desde una estructura fantasmal, si vamos a renacer en el cuerpo de otro ser (humano o no), si lo que conocemos como "yo" va a seguir estando en nuestro cerebro muerto dentro de un cuerpo paralizado hasta que lo devoren los descomponedores de la cadena alimenticia, y otras alternativas que ahora no se me ocurren.

No es por ser reiterativo, pero le tengo que caer nuevamente a la TV, gran modelador de pensamiento de los últimos dos siglos. En este caso, las millones de películas, series y novelas cuya temática se centra en la vida después de la vida e intentan ofrecer una solución a este gran interrogante que se nos presenta a medida que nos acercamos al límite de edad del ser humano año tras año.
La televisión no es la única: también pasa por las creencias de la familia, los amigos y el entorno social que nos rodea.
En lo personal, he reflexionado acerca de todas las posibilidades que pueden darse después de morir, y todas tienen un factor en común: son incomprobables. Ninguna se sostiene con un argumento sólido como para tomarla como válida, y no existe ninguna tecnología que permita demostrar si seguimos existiendo, y en qué condiciones. Todo se basa en mera suposición, y en el miedo de los seres humanos a convertirse en la nada misma.

En primer lugar quiero hacer una crítica a partir de una opinión propia: desde hace siglos que las instituciones religiosas se basan en este miedo para atraer seguidores, seduciéndolos con la "bendita" solución... y como contrapartida, amenazándolos con el "infierno" o el "purgatorio". Con esto no hacen más que controlar el pensamiento (e incluso la vida misma) de sus creyentes.

A partir de dicha crítica, aconsejaría que la mejor solución es vivir sin este tipo de limitaciones, y sin pensar en "después de morir". No quiero que me hagan creer que hay "bien" y "mal" en situaciones que no afectan a terceros. No quiero que me digan que dichas situaciones pueden alterar mi destino en una supuesta "mejor vida". Quiero vivir el día a día sin pensarlo como un conteo regresivo hacia el inevitable final. No se que va a pasar con mi existencia después de que muera, no tengo forma de saberlo... pero no va a ser un miedo ni un condicionamiento en mi día a día.

Disfruten todo al máximo. Simplemente eso.