lunes, 29 de septiembre de 2014

Resentimiento

Yo me pregunto como habrán hecho los Ghandi, los Dalai Lama, los Johnes Lennons, para no caer en la inestabilidad biológica que resulta de un acto injusto desde la perspectiva de sus valores morales. Dale, ¿Me van a decir que se puede lograr la paz absoluta en un marco de injusticia?

Hoy quiero hablar de la segunda causa de muerte más conocida (la número uno es mirar el reloj compulsivamente, por supuesto): el resentimiento. Uno de los venenos naturales más corrosivos que existe hoy en día. 

Quien sea que haya dicho esa conocida frase "soñar no le hace mal a nadie", al parecer decidió ignorar por completo este pequeño y a la vez tan doloroso item. Soñar durante días, meses y hasta años, situaciones en las que nos vemos triunfantes frente a aquel individuo que alguna vez nos infringió algún tipo de daño, desde una mala respuesta, hasta agresiones físicas o cosas aún peores... 

Soñar no le hace mal a nadie...  viene de la misma escuela del "persevera y triunfarás", y ese conjunto absurdo de frases asquerosamente positivas que algún famoso con plata pretendió instalar como leyes universales, básicamente pelotudeando al otro millón de personas que perseveraron con el mismo objetivo y no triunfaron un carajo. 

Volviendo del árbol al que me subí. ¿Por qué insistimos en guardar algo tan dañino, como lo es un pensamiento negativo? Creo que viene de la mano de los valores que aprendimos de la familia, de la escuela y de nuestro entorno en general. Aprendimos nuestro propio concepto de justicia. Y cuando de pronto algo choca contra nuestros valores, nos vemos obligados a aferrarnos muy fuerte a ese sentido de aquello que a nosotros nos parece correcto, por una cuestión de estabilidad mental. Es decir, si aprendimos durante 20 años cual es el camino correcto hacia nuestros objetivos, y de pronto alguien hace exactamente lo opuesto y nos pasa por arriba, necesitamos creer que esa forma de llegar es la incorrecta.

Así que, pacífico de mierda, no me vengas a decir que ignorar los pensamientos negativos es la mejor forma de salir adelante. El oxígeno también nos quema por dentro y no por eso pienso dejar de respirar.


-Sí. Que somos muy distintos siempre lo tuve claro. Pero bueno, no hay problema. Te pido que nunca más en la vida me escribas. Yo tampoco voy a hacerlo. 

Decisiones difíciles por valores muy opuestos.