martes, 15 de noviembre de 2016

El abuelo no querido


Roberto Andrade se despertó en una cama de hospital, rodeado de casi toda su familia. Su esposa, sus tres hijas, sus yernos, su nieto mayor Luciano y su nieta adolescente Andrea. Martìn y Agustina, sus dos nietos más chicos estaban charlando en voz baja a un costado de la sala.

Ricardo, su cuñado apenas unos años menor que él, entró con el médico de cabecera, ambos cabizbajos y con una cara de seriedad absoluta.

-¿Cuánto tiempo le queda, doctor?- Quiso saber su esposa

El doctor, sin cambiar su semblante, dijo una sola palabra que valió por mil:

-...Minutos

Luego, se dio vuelta y se retiró de la habitación, dejando a Roberto con su familia.


Andrea fue la primera en estallar de indignación

-¿¡POR QUÉ CARAJO NO FUE MAS ESPECÍFICO!? Ahora tenemos que esperar vaya a saber uno cuanto a que este viejo de mierda se muera.

Roberto, quien no podía hablar por la anestesia, de pronto pasó de la resignación a la tristeza.

-Tranquila, linda- Repuso su madre -Tené paciencia que falta poquito para que nos llueva la tarasca que se encanutó este sorete.

-¡DIOS! NO AGUANTO MÁS

Acto seguido, Andrea se acercó a la cama de su abuelo con intención de ahorcarlo.

-PARÁ NENA, QUE ES ASESINATO.

Entre la madre y sus tías retuvieron a Andrea por los brazos, para que no se mande cagadas.

En eso, el corazón de Roberto se aceleró.

-UY DALE, SI POR FAVOR
-SE MUERE

Martín y Agustina se tomaron de las manos y empezaron a cantar una canción improvisada con la melodìa de "lero lero", mientras pegaban pequeños saltos:

-Se muere, se muere, dale que se muere

Roberto comenzó a moverse de lado a lado, casi como queriendo pedir ayuda a un doctor invisible.

-Miren, se está poniendo duro....
-WOOOOW el alma se le está escapando del cuerpo
-Pido la casa en el country de Pilar !
-No, hijo de puta, yo la pedí primero.

-Se muere, se muere, tiene que morir, gusanos en el culo le van a salir

-¿Y LOCO? ¿Tanto va a tardar?  Ya redacté un estado en Facebook y quiero publicarlo.

Y el corazón de Roberto volvió a la normalidad.

-NOOOO, HIJO DE PUTA. TE VAS A MORIR HOY ¿ME ESCUCHASTE? ¡Quiero esa herencia!





Pero eso no ocurrió. Roberto volvió a su casa meses después y sobrevivió a varios miembros de su familia, a quienes diariamente les meó la tumba.