domingo, 25 de mayo de 2014

7 Minutos

"Morir en el acto". Ahora me doy cuenta que es sólo una frase hecha. Inventada por personas que jamás murieron. No se cuanto tiempo más voy a permanecer así, con la cabeza apoyada en la baldosa fría de mi cocina, con la mirada fija y cada vez más borrosa hacía el patio. Y esa horrible humedad de mi propia sangre. "Al menos no sufrió", dirán algunos. El sufrimiento de caer progresivamente en este estado del que tanto se habla, pero que nadie conoce. Estoy entrando en la última y peor desesperación que puede tener un ser humano. La agonía. El saber lo que pasa, y no saber lo que me espera. Ese estado intermedio, sofocante, asfixiante. Esto ya lo hice alguna vez. De chico, me gustaba contener la respiración debajo del agua. Mi record fue un minuto y medio. En algún lado leí que a los 7 minutos se destruían todas las células cerebrales. La muerte, propiamente dicha. Tendría que haber pensado en eso antes de volarme la sien de la forma en que lo hice. "Morir en el acto", es una eternidad. No se que tan cerca estoy de esos 7 minutos, ni qué tan preciso fue el estudio que determinó que eran 7 minutos... no puedo. No puedo seguir una línea de pensamiento. No veo nada, no siento nada. Soy un simple peso muerto, sobre el que ya no poseo control.



El mayor misterio en su forma lógica, realista. La peor de sus versiones.