martes, 18 de diciembre de 2012

Good Teachers, Bad Teachers.

En notas anteriores, me tomé la libertad de destacar a algunos profesores que me dejaron enseñanzas, no sólo de su asignatura, sinó para la vida en general. Algún día voy a hacer formalmente la lista de dichos profesores. 

Hoy, quiero presentar la contracara. Los malos profesores. Los que, con sus actitudes, me dejaron cosas negativas. A vísperas de mi último examen del año, aquí va el top ten de malos profesores. Por respeto hacia dichas personas, no voy a poner nombre y apellido, sino que voy a ir alternando. 

Increíblemente, no hay ninguno del Sounder.

10) Claudio: Profesor titular de Teorías de la comunicación en segundo año, y de Cultura y Espectáculos en tercero, en el círculo de periodistas deportivos. Veníamos de tener al profesor Augusto, un tipo que se la bancaba y le ponía buena onda y predisposición a las clases de Teorías de la comunicación. Pero era el suplente, y el contraste fue notorio. Claudio entró con un rigor innecesario, y con una actitud de buscapleito. A algunos les cayó bien. No es mi caso. 

9) Acosta: No recuerdo como carajo era su nombre de pila. Sólo recuerdo que su asignatura (biología, en el normal 6) fue realmente tediosa. El tipo explicaba como un aparato. No era una mala persona. Simplemente era innecesariamente estricto. Y jamás aprendí nada con él.  

8) Albornoz: Historia de las ideas e instituciones políticas. Así de largo el nombre de la asignatura que enseña en el círculo, y así de corta su ideología: PERÓN. Hablá bien de Perón, o no aprobás. 

7) Pereyra: Educación Cívica, primer año. Un tipo mala onda. Y para colmo, sus clases eran un descontrol total, y a veces ni venía. Recuerdo que me confundió con otro alumno, y me puso un 2. Mi vieja vino a reclamar al colegio, se armó quilombo. Y mi examen, correctamente corregido, tuvo como nota final un 9.

6) Viviana: Profesora de plástica en varios años de primaria en el normal 6. Creo que por ella es que soy malísimo dibujando. La tipa odiaba a los alumnos. Vivía gritando. Y fumaba en clase.

5) Calabrese: Profesora de Semiología del círculo. Otra vieja gritona que odiaba a los alumnos. Sus clases eran un plomo. Y claramente no aprobé con ella, ni aprendi un sorongo. 

4) Liliana: Perdí el año por esta tipa. Durante la cursada (Opinión Pública en el círculo), no fue garca. Pero el material de estudio (páginas infinitas de textos imposibles de leer) y su forma de tomar el examen (2 preguntas de CUALQUIER parte del texto. Lo tenés que saber casi de memoria), la meten dentro de este top ten. 

3) Carballo: No me fue mal con este individuo, en Historia del Periodismo. Así todo, el tipo era un garca de primera. Contestaba mal, no permitía que los alumnos pensaran diferente a él. Y prohibió el uso de ciertas palabras en los exámenes, amenazando con dejar de seguir leyendo y poner un "1" directo (por ejemplo, poner "clases sociales" en vez de "castas sociales" era meritorio de la nota mínima). Para colmo, comenzó siendo exigente, y terminó faltando a las últimas clases (no exigiéndose a si mismo).   

2) Miranda: Automovilismo y motociclismo. Creo que nunca reprobé tantos exámenes como con este tipo. Era demasiado serio y formal, al punto tal de que no pretendía colaborar con los alumnos, sino que más bien se sacaba las clases de encima, hablando sin parar y sin permitir la participación de los estudiantes. Y, obviamente, sus exámenes eran sumamente difíciles, argumentando que todo fue explicado en clase. 

1) Dávila: Tenía mala fama desde que escuché hablar de ella en el normal 6. Y así fué. Historia y Cívica. La tortura de las lecciones orales sorpresa. Los gritos, el mal humor. En primer año, me llevé dos trimestres de historia por ¡19 CENTÉSIMOS! (5; 7; 5,81). En segundo año, no me llevé nada con dicha profesora. Así todo, siempre quedará en la memoria como la única docente a la cual le tuve MIEDO.

Curiosamente, no hay ninguna de Geografía. Me la llevé casi todos los años, pero fue mi culpa. Je.   


Proximamente vendrá el top 10 con los buenos profes. 

A estudiar otra vezzz




 


sábado, 8 de diciembre de 2012

Vueltas en la cama

¿Puede ser que aquello en lo que pensamos o sentimos cuando damos vueltas en la cama sin poder dormir, dice mucho sobre qué tan conformes estamos con nuestra vida? Lo armo en forma de pregunta, porque es algo que no puedo asegurar ni razonar a esta hora.


Post data: Todos se cagan en todo y en todos. Falta un poco más de colaboración incondicional.

Y necesito que se me acomoden los horarios, o voy a seguir amargándome con cosas pelotudas.


viernes, 7 de diciembre de 2012

Al nivel del conocimiento

Horas antes de subir al escenario, surgió una charla filosófica. En una plaza en los límites entre Vicente Lopez y Olivos, cervezas mediante, surgió el debate sobre si existe o no algo superior al hombre.

Mi respuesta fue simple: No, no existe algo por encima de la actividad humana misma a la que se le pueda pedir una mejora de calidad de vida o un cambio de cualquier índole. Y el éxito o fracaso en la vida no se rige por las leyes del bien y el mal. Y el equilibrio, Karma o como lo quieran llamar, es un invento de los resentidos para sentirse mejor.

Pero sí, existe algo superior: el conocimiento.

Paso a explicar: El ser humano es inferior a lo que no comprende. A medida que adquirimos determinado conocimiento, alcanzamos su nivel. Por lo tanto dicho conocimiento ya no nos supera.

Después sí, hay algo que lo podríamos denominar sentido de adaptación, que tiene un poco más que ver con ser "bueno" con los demás, y que también define niveles de superioridad o inferioridad, independientemente del conocimiento que se tenga sobre cualquier tema.

Mi respuesta en la plaza no fue así de elaborada, pero eso es lo que quise dar a entender.





















Voláaaaaaa

lunes, 3 de diciembre de 2012

Miradas y silencios

Hace no mucho tiempo, había una publicidad televisiva de no me acuerdo que producto, que mencionaba el "lenguaje de las no palabras". Es un buen nombre para denominar el sistema tácito de comunicación que tenemos todos, mediante una base de complicidad con el otro: Miradas y silencios, que dicen muchísimo más que las palabras... y que aquel a quien va dirigido el mensaje, lo interpreta a la perfección.

Dicho esto, quiero decir que una de las cosas más destructivas a nivel anímico para la mayoría de los seres humanos, son las miradas y silencios de tono acusador: los demás se miran entre ellos, y no me dicen nada. Se refieren a algo que hice yo. O por equis motivo, aquello que se dicen con las miradas es algo que yo no puedo saber. 

O lo se... simplemente se cual es el error. Pero no me lo remarcan, porque no quieren ver mi reacción, sea cual sea.... Y eso es aún peor. 


Baterista y arquero de fútbol 5. Aún me pregunto por qué carajo elegí los puestos estructurales... en los que un error perjudica a todos.