domingo, 10 de febrero de 2013

Ustedes están locos

La frase que más oí esta semana. Es genial como unas palabras que deberían provocar desaliento, significan de pronto todo lo contrario. Nos invitan a seguir, y a pensar que de pronto pedalear en el medio de la nada hasta encontrar la costa es una aventura inigualable. 
Sin entrenamiento, con una bicicleta pesada, y así todo me faltó muy poco para que fuese una pedaleada 100%, en lugar de "bici y dedo" como terminó siendo. Eso me incita a tomarme una revancha personal con la ruta, en un futuro no muy lejano.

Lo mejor: La gente. El hecho de que gente que no conocíamos nos haya facilitado las cosas de manera incondicional es lo más destacable. Es lamentable que tenga que destacar este punto, por el simple hecho de que la generosidad no sea algo tan común.

Lo peor: En lo personal, nunca estuve tan cansado en toda mi vida. Esta semana supe realmente lo que es tener un físico que ya no responde y no poder hacer otra cosa que continuar. Creo que se debe en gran parte a errores propios de la inexperiencia: la mochila, la bici, la mala preparación en general, desembocaron en un agotamiento quizás demasiado prematuro.

La sorpresa: Si tengo que elegir algo en este rubro, creo que voy a poner a mi vieja. Terminó siendo una solución cuando uno suponía que iba a ser un obstáculo. Sory ma, y gracias!

La decepción: Llegar arriba de un camión, tras haber hecho más de 200km a pedal. Si bien, originalmente jamás tuve como meta de vida "llegar en bici a la costa",  la próxima vez lo quiero hacer para superar aquello que no logré en el primer viaje. 

Por todo lo demás, me alegra haber vuelto a la costa tras un lapso de 4 años sin alejarme de la Capital. 




















Cansado, sediento y en medio de la ruta. Faltan 60km para la próxima estación de servicio y la única forma de llegar es pedaleando.

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