viernes, 18 de septiembre de 2009

Mal de Alderette: el misterio de la linea D


Fue la historia del ciclo 2009. Cuando me anoté en Círculo de Periodistas Deportivos, parecía un curso normal. Eran casi 40 alumnos en el turno tarde y en el aula se respiraba el encierro y la sobrepoblación. Y comenzó la primera toma de asistencia...


Matías Abelleira, el primero de la lista, jamás llegó a la clase... el siguiente Nicolás Alderette, fue el primero en desaparecer.


Eramos 3 personas, para tomar el subte D, en la estación Callao, colmada de gente (eran poco más de las 6 de la tarde, y en general suele estar lleno), y costaba ingresar en cada tren que pasaba. En un momento dado, un vagón dejó un hueco, en el que podía entrar una sola persona. Las opciones eran mantener el grupo entero y esperar otro subte o bien, dejar que uno de nosotros suba y los demás permanecian en la estación. Alderette prefirió la segunda y subió.


Jamás lo volvimos a ver....


Y he aquí la leyenda, que dice que si te subis solo al subte y dejás a los demás esperando, la linea D hace su trabajo... y te traga.

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