Y luego... los choques, aquellos que pelean por un objetivo en común, aquellos con necesidades distintas que se vuelven amigos, las falsas promesas y las consecuentes rupturas... la ley del más fuerte. Y por supuesto, el factor azaroso, clave en la vida más allá de cualquier planificación.
En el día a día (en el turno a turno), nos encontramos en situaciones con viento a favor, para luego caer abruptamente en una insoportable crisis... y está en cada uno manejarse en terreno adverso, en levantarse luego de cada caída, en perseverar... y en tener paciencia. Eso... paciencia, no desesperarse, no dejarse envolver en la ansiedad cuando las cosas no salen... porque siempre existe una posibilidad de remontada, siempre existen las segundas chances... y no siempre triunfa el más fuerte, sinó aquel que planifica estando al tanto de sus recursos, que tiene en cuenta hasta la peor de las posibilidades, que sabe recuperarse de la adversidad... y que exprime al máximo sus buenas rachas.
Rusia, no subestimes el poder de Chechenia.
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