Eso es un deforme social. Aquel que genera esa sensación incomoda constante, de que cualquier comentario o acción puede resultar irritante y molesta a sus sentidos. Y qué sabemos que en cualquier momento nos va a echar su bronca e infelicidad en cara.
La tranquilidad de pensar reclinado en la silla, con las manos atrás de la cabeza... mientras muchos otros le están dando manija a su bronca, acostados, con los ojos abiertos y los puños cerrados.
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