domingo, 7 de octubre de 2012

Instituto mental (Parte 7)

Qué línea tan delgada la que separa la realidad de la fantasía. Perceptible, pero finísima a su vez. ¿Pueden mis fantasías meterse en la realidad de todos, llevándose todo por delante?

Mientras el operativo de esa mañana se llevaba a cabo, los pacientes del sector C fueron trasladados al salón de recreación. Juegos de mesa, una televisión, diarios y todo el entretenimiento posible para distraer a los internados de la horrible noticia de esa mañana. Jaime Barragona, el paciente de 85 años, se había acostado a dormir la noche anterior y nunca más despertó. El clima estaba demasiado turbio como para creer que se trataba de una muerte natural.
En el dormitorio, los forenses se estaban llevando el cadáver del anciano en una camilla. Jennings observaba una lista con los pacientes restantes. Moyano miraba la escena con cara de preocupación.

-¡Muchachos, quiero que en la autopsia busquen cualquier indicio de envenenamiento! Me parece que podemos estar ante un asesino serial.

Luego pasó el dedo por la lista de pacientes.

-¿Quién es este Jorge Taffarelia?

-Un viudo. Está internado de forma voluntaria.- Respondió Moyano.

-¿De forma voluntaria eh?.... ¿Está residiendo acá desde anteayer a la tarde?

-Así es.

-Me parece que va a ser el primero que voy a interrogar.

La vista de Jennings se detuvo en otro nombre de la lista.

-No, espere. En primer lugar quiero hablar con Ezequiel Carboni.

-¿Sospecha de él?- El rostro de Moyano sonrió automáticamente

-No. En este momento es el único del que no sospecho.

En el salón de recreación

-Necesito que me cuentes más sobre ese "encapuchado"

Jorge se llevó a Noelia a un rincón apartado dentro de la sala de recreación. La enfermera de turno estaba administrándole calmantes al paciente de pelo largo, a quien llamaban "Neuro". Graciela (la paciente corpulenta y cuarentona) jugaba una partida de ajedrez con Ricky (el joven de barbilla grande). Fa miraba la televisión y conversaba con Carboni. El guardia negro cabeceaba de sueño.

-¿Qué más querés saber? Ya te dije que él sabe que lo viste...- Respondió Noelia con impaciencia

-Estoy seguro que te dijo algo más. Algo que te hizo llorar en la noche. Y algo que te hizo llorar al día siguiente.

Noelia suspiró antes de responder.

-Estamos todos muertos.

Jorge intentó conservar la calma.

-¿Por qué decis eso?

-Porque soy una loca de mierda ¿Sabías?... Mi papá se murió, yo colapsé... empecé a ver fantasmas en todos lados. Empecé a hacerme daño...- Noelia se levantó las mangas y le mostró cicatrices. - Mi mamá se asustó... ¡Y hace años que estoy en este lugar de mierda viendo fantasmas!

Algunos en la sala se dieron vuelta, para ver de donde venía esa discusión. Jorge intentó bajar la voz para responder.

-Pero yo también vi lo mismo. El encapuchado no es un fantasma... es un ser de carne y hueso. Posiblemente sea el asesino del doctor... y de Jaime.

-¿Cómo sabés qué no estás viendo fantasmas vos también?

-Yo también veo los míos... Pero no puede ser que compartamos la misma alucinación. El encapuchado es real.

-¿Está todo bien por acá?- El guardia negro se despertó y se les acercó.

-Si si- Respondió rápidamente Noelia.

-Anden con cuidado chiquis- Respondió el guardia y se alejó nuevamente.

Noelia miró nuevamente a Jorge.

-Estamos todos muertos. Vamos a morir uno por uno. Y no hay nada que el detective o cualquier fuerza de seguridad pueda hacer. ¿Querías saber qué me dijo el encapuchado? Ahí tenés. Espero que puedas vivir tranquilo.

Noelia se alejó pisando fuerte. La puerta se abrió y Moyano ingresó con una sonrisa sobradora.

-A ver, enfermos mentales. Un minuto de su atención. Vos rubiecito, vení conmigo afuera. El nuevo también.

Jorge y Carboni salieron. Moyano sin decir palabra los acompaño hasta una sala en donde, detrás de un escritorio, el detective Jennings ordenaba unos papeles.

-Qué pase el nuevo primero.

La tensión en el rostro de Carboni pareció aflojarse cuando vio al detective detrás de la mesa. Él y Moyano se quedaron solos afuera mientras Jorge ingresó a la sala de interrogatorios improvisada.

-Escuchame una cosa- Le susurró Moyano a Carboni -No se qué carajo le dijiste al detective, o de dónde se conocen, pero yo no confío en vos, para nada. Te voy a tener vigilado de cerca.

Carboni pareció alegrarse.

-¿Así que ya no estoy entre los sospechosos? Qué lástima doc... no va a tener ninguna excusa para castigarme.

-No estés tan seguro Carboni. Yo que vos camino con cuidado.

Un rato después, Jorge salió de la sala. El detective Jennings hizo pasar a Carboni, y le pidió un par de cosas a Moyano.

-Por favor, vaya llamando a los demás pacientes. Y usted, Taffarelia, espere afuera y vuelva con Carboni.

En la sala de interrogatorio

-Escuchame una cosa Cucho- Jennings se dirigió a Carboni con ese apodo- Este tipo es el sospechoso número 1. Vos vas a ser mi espía, quiero que vigiles todos sus movimientos. Que andes siempre cerca de él, y me cuentes todo lo que hace. Yo voy a pasar unos días más acá.

-Ernie... no me van a dejar hablar con vos. Moyano está a cargo, y me odia. Va a hacer lo posible para entorpecerme.

-Tenés mi autorización para salir de cualquier sala o terapia y hablar conmigo. Sino, yo voy a tratar de llegar a vos. Pero es importante que nadie sepa que nos conocemos. Es peligroso para vos...

-Ya de por sí es peligroso estar siguiendo al tipo este que querés que siga, Ernie.

-Tratá de no hacerlo tan evidente. Hacete amigo del tipo... que no parezca que lo estás espiando.

Carboni suspiró, y luego asintió con la cabeza.

-Voy a hacer lo posible.

-Lo se.

Jennings miró a Carboni y le palmeó un hombro.

-Vas a volver Cucho... te lo prometo.

Carboni salió de la sala. Jorge estaba de pie, apoyado contra una pared. Del otro lado, Moyano y el guardia negro traían a Fa y a Graciela hacia la sala de interrogatorio.

-Vuelvan a la sala de recreación con los demás. Ojo con lo que haces Carboni...- Moyano les señalo el pasillo por donde tenían que volver.

Doblaron por un pasillo que a Jorge le pareció familiar. Ascensor, baños, 6 puertas en el pasillo.

-El pasillo de mis pesadillas...

-¿Cómo?

Jorge se detuvo por un momento y se tomó la cabeza. Su mirada se detuvo en algo que había en el piso, debajo de la puerta del baño de mujeres.

Carboni miró al suelo también y se cubrió la boca con una mano.

-Sangre

Abrieron la puerta del baño y un escenario horrible les penetró la vista. En el suelo, delante de una de las canillas, el cuerpo apuñalado de Noelia perdía sangre. A su alrededor, el agua y los espejos rotos adornaban la siguiente escena del crimen.

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